Mamá, quiero ser camionero
El niño promedio de este país sueña con ser futbolista, veterinario, informático o incluso Youtuber. Ya hay que ser meapilas para esto último. Vamos, que no quieran dar un palo al agua, sólo cobrar de las Arcas del Estado. MIS arcas, MI estado.
Si por mí fuera, los ponía a todos a picar piedra en Guantánamo hasta que tuvieran la piel de las manos como si fueran torreznos. Al tiempo que ellos trabajasen, yo mismo les golpearía con un látigo de tres colas, cada una de ellas repletas de espinas del tamaño del Cristo Redentor. De hecho, les fustigaría con la mano izquierda; la otra estaría muy ocupada sujetando una cerveza bien fresquita. Después de esa experiencia, un par de ellos se sucidarían, sirviendo como ejemplo para no ser unos vagos holgazanes de mierda, y trabajar en algo que YO considere que vale la pena. So pena de repetir la experiencia, pero diez veces peor.
Pero, ¿que hay de mí? Yo siempre fui un niño extraño. Disfrutaba practicando la artesanía durante los recreos, creaba armas afiladas a base de palos que me encontraba tirados por ahí. Luego, me convertía en guerrero y probaba mis propias creaciones insertandolas en el culo a mis despistados compañeros. Después de eso, me transformaba en reo, probando las aulas de castigo de mis profesores para ver si eran eficaces.
Como veis, siempre fui emprendedor. Y ya de pequeño sabía que yo de mayor sería camionero estadounidense. Pienso lograr mis metas, así que en vez de hablar en condicional, hablaré en futuro.
YO, CAMIONERO
Tener mi propio mastodonte metálico sobre ruedas, más desgastado y viejo que el rodapié de Altamira; que chirrie como recorrer una pista de hielo con patines de cristal. Mugriento, y lleno de grasa y mierda. Con varias ruedas pinchadas y el símbolo de la marca (MERCEDES) a punto de caerse. Pondré una pegatina de "bebé a bordo" en la puerta trasera del contenedor de transporte. La cabina estará pesimamente iluminada, y llena de figuritas de hawaianas con la cabeza que se menea. Además, colocaré una máquina de humo dentro de la misma cabina (así me tape la visión de la carretera) para que al abrir la puerta, parezca que va a salir Darth Macho. Tan hórrido, que al ser presenciado por cualquier persona, le dé la sensación de estar ante el camión del mismísimo Anticristo.
Como parte del gremio de camioneros, mi objetivo será salir en "Mi vida con 300 kg". Me voy a poner a dieta de hamburguesas ultracalóricas ya mismo. Mi misión: caber a duras penas en el asiento de conductor. Además, procuraré ser granulento, seboso, maloliente y, en un todo, físicamente blasfemo.
Pero que no se quede ahí: seré malhablado, coprolálico y obsceno. Voy a ser tan sucio, que quien me oiga hablar, se va a ir con una infección de oídos. A modo de comparación: si una cascada de mierda cayese escaleras abajo en el Vaticano, no daría tanto asco como escucharme.
ESTE MARAVILLOSO SER ME ENSEÑÓ TODOS LOS
TACOS E INSULTOS HORRIBLES QUE SE
Por no decir que incorporaré el
Vulcano como mi sistema de comunicación alternativo. Así, a pesar de sonar
terriblemente insultante, nadie podrá entenderme. Fíjate, como a los
peruanos.
Recorreré las carreteras del Mojave escuchando country de Hannah Montanna a todo volumen. Cantaré hasta desgañitarme, emitiendo un sonido tan horrendo que matará a cualquier caribú que ose estar cerca.
Acto seguido, escupiré un gargajo de 6 metros de diámetro por la ventana. Ay...no debe haber nada como sacar la cabeza por la ventanilla y oler ese ambiente californiano que tanto les gusta a los pedófilos.
Mis planes incluyen paradas para repostar y tomar algo en la cafetería de las gasolineras del estado. Pocuraré ser torpe y tirar la comida al suelo cada dos por tres. Cuando me agache a recogerla, intentaré mostrar gloriosamente la regañeta. Pagaré lo que tome (no sin antes coger una revista porno de las que venden) y volveré a montarme en mi pequeño monstruo sobre ruedas..
Si quiero dormir cómodamente, el lugar idóneo será un motel de carretera.
Me encantan esos lugares tan sucios, pero a la vez tan llenos de glamour con esos carteles de neón chiporroteando en alguna de sus letras. Están llenos de prostitutas y ricachones que no quieren ser descubiertos por su mujer. Creo que esos lugares podrían ser estratégicamente ventajosos para mí. Usaré el hueco entre el somier y la cama para esconder los cadáveres sobrantes de la cena de Gaspar. Ah, ¿pensabas que no iría conmigo? Por favor...
Es más, me va a encantar ver como las fuerzas policiales del condado comienzan una búsqueda para atrapar "a esos degenerados que tantos estragos están causando". ¡Qué emocionantes van a ser los viajes con ese handicap!
No puedo esperar para convertirme en camionero =D
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